martes, 29 de junio de 2010

El cofre

El lenguaje del cine actual se basa en estructuras repetidas mil veces. De esta forma, las comedias románticas siguen un patrón del que muy rara vez se apartan:
1-chico conoce a chica
2-se enamoran y viven una ralación apasionada en la que uno oculta a otro un "secreto"
3-el secreto sale a la luz cuando quedan 10-15 minutos para acabar el metraje
4-el ocultador va a recuperar a su pareja, preferiblemente al aeropuerto... y lo consigue
Existe otro mal extendido en el cine: el maniqueismo. Consiste en que los personajes o son buenos o son malos. El cine de acción es maniqueo hasta la médula, y también sigue sus patrones establecidos. Estos patrones implican que al final de la película el "bueno" se enfrente al "malo" y el primero mate físicamente al segundo. Es como la efusión de un instinto primario que nos reconcilia con el universo a través de la violencia. Nada de "bueno, bueno... que no es para tanto, vamos a hablarlo y lo arreglamos" o "vamos a tomar una caña, que el hecho de haber asesinado a todo mi linaje lo podemos superar juntos... con una cerveza y un partido...". La única originalidad de estas escenas reside en el modo visual en que decidan ofrecernos la batalla final, pero sabemos de antemano su inicio y su final.
No tengo nada en contra de las películas con patrón, porque pueden ser malas, buenas, regulares, divertidas o con mil matices. Pero hoy quiero hablar de las películas diferentes, que no se pueden encorsetar en un patrón predefinido, y que pueden ser de cualquier género establecido o de varios mezclados. Entre ellas también las hay malas, buenas, regulares divertidas o con mil matices.
Pero si tienes la suerte de encontrar una película "diferente" y a tu entender "buena", habrás hallado una joya. Estos pequeños tesoros tienen la capacidad de cambiar algo en nuestra vida. Los puedes encontrar en el arte, en una conversación, en una profunda reflexión,... pero por el poder de tocar nuestro interior se convierten en hallazgos valiosos por los que hemos de dar gracias. Van pasando los años y vamos almacenando en nuestro pequeño cofre los diamantes que vamos encontrando en nuestro camino. Mi cofre y el tuyo son distintos, porque cada vida es distinta, pero es nuestro cofre y lo conservaremos hasta nuestra muerte.
El caso es que hace unos días me encontré con una película que es "diferente". Mi instinto, además, me dice que es "buena", y eso la convierte en un diamante en potencia.
Se trata de "Of Gods and Men" (de Dioses y Hombres), aún no estrenada en España, y que ganó el Gran Premio del Festival de Cannes, el segundo galardón en importancia tras la Palma de Oro.
La historia es impresionante y el testimonio sobrecogedor. No voy a contar nada más, porque el siguiente video lo expresa mejor que yo. Así que te pido que lo veas, porque quizás en un mes has olvidado esta película, pero puede tratarse de un nuevo tesoro que guardar en tu cofre, allá donde lo tengas. Al final de tu vida, mirando allí dentro, puede que cada pequeña joya te halla conducido a un sentido pleno para tu vida. Y ese es el mejor tesoro que podemos hallar y guardar.

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