miércoles, 27 de noviembre de 2013

Un objeto llamativo

Olivier Rey
Un día me introduje en el terreno científico para hacer una entrada de este blog, y desde entonces estoy en un eterno camino de vuelta a casa en el que voy encontrando objetos de colores llamativos al borde del camino. A veces la prisa me impulsa a ignorarlos y seguir adelante, pero su extraña tonalidad permanece en el rabillo del ojo, y la curiosidad comienza a invadir mi mente. Poco a poco, reduzco la velocidad mientras mi cerebro se inunda y al final me detengo y me inclino a observar el hallazgo. Son objetos que permanecen posados junto a la variada vegetación científica. Poseen un color extraño, de color llamativo, y una especie de fulgor interno que les hace diferentes del entorno.
Hoy es uno de esos días en que me detuve al borde del camino, y observé una entrevista muy interesante a un matemático y filósofo llamado Olivier Rey. Sus afirmaciones son tremendamente audaces y su exposición clara.
Pongo la foto de Olivier junto a estas lineas, porque me ha llamado la atención lo mucho que se parece a Sheldon Cooper, personaje de la divertida serie de televisión "The Big Bang Theory".
Esta serie trata de unos jóvenes científicos de inteligencia superior y su relación con el mundo. Entre ellos destaca Sheldon, cuya inteligencia desproporcionada y personalidad peculiar llena de momentos divertidos la serie.
No me resisto a dejar un breve fragmento de un episodio, para que os hagáis una idea:



De la anécdota sobre el falso científico Sheldon (es que realmente se parecen mucho...) paso a las afirmaciones del científico real Olivier.
Se trata d un profesor de matemáticas y ahora de filosofía en la Universidad de París. Ingresó en 1989 en el CNRS (el equivalente al CSIC en España) en la sección matemática, y en 2009 pasó a la sección filosófica. Escribe sobre filosofía de la ciencia desde su posición de científico.
Hace un tiempo le hicieron una entrevista a raíz de la publicación en Italia de su libro "Itinerario del extravío - Sobre el papel de la ciencia en la absurdidad".
Olivier lanza esta afirmación extraña:
«La ciencia moderna ha fracasado: ambicionaba darnos la verdad sobre la naturaleza; pero en cambio, nos ha alejado de ella»

Curioso y provocador punto de partida. ¿pero a qué se refiere? ¿No es la ciencia una contribución al conocimiento del mundo que nos rodea?
He extraido una pregunta de la entrevista que aclara esta afirmación:
Pregunta: Gracias a las matemáticas entendemos muchos acontecimientos del universo. ¿Por qué critica Usted la “matematización” de la naturaleza?
O.Rey: «También en este caso, no es la “matematización” de la naturaleza como tal lo que causa el problema, sino el hecho de que este enfoque tiende a convertirse en exclusivo, desvalorizando cualquier otro enfoque de la naturaleza en cuanto no científico. 
La “matematización” nos permite adquirir una cantidad de conocimientos que no serían accesibles de otra manera, pero impide acceder a otros, de otro orden, igualmente importantes. La ciencia moderna ambicionaba darnos la verdad sobre la naturaleza; en cambio, nos ha alejado de ella. Para explicarme haré una comparación: conocer a alguien no significa sencillamente conocer su peso, su altura, su edad y sus otras medidas, incluidos los test cardíacos y respiratorios que se realizan en un laboratorio. Conocer a una persona es otra cosa. Como puede usted ver, hay formas de conocimiento distintas de los de la ciencia moderna.»

Aclarando el mismo concepto central, en un pasaje de su libro dice:
«Las estructuras matemáticas que la ciencia de Galileo empieza a sacar a la luz se presentan como la verdad del mundo. Esas, sin embargo, sólo revelan su esquema. Durante el progreso científico, los perfumes se han convertido en moléculas que se fijan en los receptores sensoriales de las paredes nasales; los colores, en una excitación selectiva de las neuronas visuales según la energía de los fotones que inciden en ellas; los sonidos, en ondas elásticas que hacen vibrar las membranas del oído interno. Perfumes que no huelen, colores sin color, sonidos mudos, que tal vez se responden mediante la común excitación de alguna sinapsis dentro del cerebro. La familiaridad con el mundo no es máxima, es nula. La razón es simple: habitar una casa no es hacer una medición precisa, ni conocer los principios de construcción de la misma. Es vivir en ella»

Cuando nacemos, recibimos características físicas heredadas de nuestros padres: el coor de ojos, la tonalidad de la piel, la forma de la nariz, ... pero también recibimos una suerte de esencia de pensamiento racionalista que nos impulsa a pensar que a través de la razón el hombre llega a todo conocimiento. Olivier nos recuerda:
«Ser racionales no significa considerar que la razón es competente en todo, sino reconocer que tiene sus límites.»

Tras contemplar las redondeadas formas de aquel objeto posado en la tierra y reflexionar sobre su extraño color, me levanto y sigo mi camino. Mientras avanzo no puedo evitar que mis ojos hagan escapadas rápidas y furtivas hacia los bordes del camino, buscando nuevos objetos llamativos. 
Pienso ahora que quizás me concentré demasiado en el destino del camino y no me había parado a pensar en el sentido del camino mismo, que constituye toda una búsqueda de algo verdadero.
Desde ese momento, la ansiedad por llegar ha dado paso al disfrute del mismo trayecto de regreso.

Entrevista completa:
El matemático y filósofo Olivier Rey sobre los límites de la razón

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