Es lo que muchas personas podrían responder al ser interrogadas por este tema.
Por primera vez desde el año 2000 se está exponiendo al público en Turín, y el pasado domingo 2 de Mayo de 2010, el Papa Benedicto XVI la visitó.
¿A qué obedece tanta atención? ¿es esta sábana la que cubrió el cuerpo de Jesucristo muerto en el sepulcro?
Si dedicamos algo de atención a este telar inanimado, nos daremos cuenta de que estamos ante un auténtico desafío a la humanidad. Un objeto que comienza a cobrar vida ante nuestros ojos, capaz de provocar un punto de interrogación a todo hombre que a él se aproxime curioso.
Lo más importante para empezar es distinguir que en lo que se refiere a la Sábana Santa existen tres ángulos desde los que podemos aproximarnos: la imagen, el personaje y la tela.
La imagen
Sobre la imagen los estudios arrojan datos impactantes:
- No existe ningún tipo de pigmento o pintura, sino que se trata de una degradación de las fibras más superficiales del lino. Como si hubiera sido quemada. No ha sido posible realizar una impresión similar en laboratorio.
- La imagen que siempre vemos de la sábana santa es el negativo fotográfico, lo cual es bastante extraño.
- Al someter la imagen al análisis de un dispositivo desarrollado por la NASA para pasar a 3D las imágenes tomadas de Marte, se obtiene que la imagen impresa corresponde a un objeto con volumen real, no a una pintura en plano.
El personaje
Solo existen dos posibilidades: o la imagen impresa en la Sábana es realmente la de Jesús de Nazaret o pretende serlo. No puede tratarse de otra persona. Hubo miles de crucifixiones en el tiempo de Jesús (no cientos de miles). Sin embargo en el caso que narra el Evangelio, se dieron una serie de circunstancias extraordinarias que la hacen estadísticamente única de entre las miles de crucifixiones que se practicaron en el imperio romano.
- No se podía castigar dos veces a un reo por el mismo delito, es decir, una sentencia de flagelación no iba nunca seguida de una crucifixión. Excepto en el caso de Jesús.
- No se utilizaba la corona de espinas. Excepto en el caso de Jesús.
- Normalmente se quebraban las piernas en vez de clavar una lanza en el costado. Excepto en el caso de Jesús.
- Normalmente se ataban con cuerdas en lugar de clavar a la cruz. Excepto en el caso de Jesús.
- No se enterraba a los crucificados. Excepto en este caso.
Además, los resultados de los estudios nos dicen que un ser humano en las condiciones que sugiere la imagen estuvo envuelto en la tela, ya que se han encontrado en ella restos de piel, carne, glóbulos rojos, pigmentos biliares,...
La tela
Las investigaciones se centran en su composición, en las sustancias adheridas a la misma y en su antigüedad. Se han analizado partículas de polen presentes en la sábana, determinándose que pertenecen a especies autóctonas de oriente y zonas desérticas.
La Prueba
Es triste que tras todo esto, cuando se habla de la Sábana Santa, el dato que se ha asentado en el pensamiento común es la única prueba discutida de las que se han realizado. Se trata de la prueba de datación del Carbono14, que parecía datar la edad de la tela en la Edad Media.
Ante el muro de documentación y estudios estrictamente científicos lo único que está discutido es esa datación.
¿Por qué ese dato está en cuestión? Porque la datación por Carbono-14 es una prueba cuya fiabilidad se reduce enormemente si el tejido está contaminado. Y esta circunstancia es absolutamente indiscutible en este caso, dado que el fragmento utilizado para la prueba se extrajo de la esquina de la tela que había manipulado constantemente durante las diferentes exposiciones que se habían llevado a cabo con la síndone. Y dado que la tela se había visto afectada por un incendio en la Edad Media.
En definitiva, es sorprendente pensar que en la tierra existe todavía la tela que muy probablemente cubrió el cuerpo de Jesús en el sepulcro.
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Web del Centro Español de Sindonología
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