domingo, 1 de junio de 2014

El Papa Francisco en Broadway con Denzel Washington

El pasado domingo, un conocido actor (Tyrese Gibson), miembro de del equipo que representa la obra "A raisin in the sun" en Broadway, colgó un video que se ha extendido como un poderoso virus por la red.
El papel protagonista de la obra lo encarna el actor Denzel Washington, casado y con cinco hijos, cristiano pentecostal y conocido por su generosidad en diferentes obras benéficas. Este actor, hace unos días, se reunió con todo el grupo de intérpretes de la obra sobre el escenario para transmitirles un mensaje. Mientras tanto, alguien estaba grabando.
Y entonces, durante algo más de tres minutos, en la intimidad de un ensayo de un día cualquiera, sobre el escenario, se produjo una explosión de convicción y verdad. Los jóvenes actores escuchaban con admiración reverencial y emoción. Es muy llamativo ver la forma de gesticular, el tono de voz, la precisión de las palabras, la energía empleada. Todo al servicio de un mensaje que quería marcar a fuego en las vidas de aquellos pupilos. Toda una filosofía para caminar por la vida bañada por una trascendencia sencilla y a la vez potente.
Os ofrezco primero la transcripción del mensaje, y luego os ofrezco el vídeo original, pero antes os adelanto que en su interior se encuentran unas palabras que el propio Papa Francisco pronunció en una homilía hace casi justo un año. Os desafío a encontrarlas.
Extrañamente, aquellas palabras no han querido desaparecer de mi olvidadiza mente, y este discurso me parece una buena forma de celebrar mi particular aniversario.

"Un verdadero deseo en el corazón de cualquier cosa buena es una prueba que Dios te envía por adelantado para indicarte que ya es tuya. Así que ese deseo que tenéis, esa comezón que sentís de ser lo que sea que queráis ser de bueno, es la prueba que Dios os envía  para indicaros que ya es vuestro. ¡Ya lo tenéis! ¡Proclamadlo!

Entended esto, entended esto también: los sueños, sin objetivos, se quedan en sueños, sólo en sueños, y terminan alimentando la desilusión. Lo sueños, sin objetivos (anuales, mensuales, diarios, cada hora, minuto a minuto), se quedan en sueños y al final alimentan el desencanto. Los objetivos, en el camino hacia su cumplimiento, no pueden ser alcanzados sin disciplina y sin constancia. ¿Habéis comprendido? Entre los objetivos y su cumplimiento están la disciplina y la constancia.

Rezo para que todos vosotros, por la noche, pongáis vuestros zapatos bien metidos debajo de la cama... ¡para que así tengáis que arrodillaros cada mañana para encontrarlos! [Aplausos.] ¡Y una vez que estáis ahí abajo, agradezcáis a Dios por la gracia, por la misericordia, por comprender que estamos a pocos pasos de la gloria, que tenemos de todo! ¡Si empezaseis ahora a pensar en todas las cosas por las que tenéis que dar gracias, os llevaría todo el día, fácilmente todo el día!

En nuestra obra -estamos representando A Raisin in the Sun- actúa un niño [Bryce Clyde Jenkins], y todos los días hacemos un círculo y rezamos, y él mira a lo alto y pide que salgamos ahí esa noche y toquemos a alguien. Él dice: "Dios, alguien ahí fuera nos necesita esta noche".

Todos nosotros tenemos un don único, el de salir y tocar a la gente, llegar a la gente. Comprended ese don, proteged ese don, apreciad ese don, emplead ese don... no abuséis de ese don. Es un tesoro. Lo tenéis, ya lo tenéis.

Y finalmente diré lo siguiente: nunca veréis un camión de mudanzas detrás de un coche fúnebre... Lo diré otra vez. ¡Nunca veréis un camión de mudanzas detrás de un coche fúnebre! He tenido la suerte de ganar cientos de millones de dólares en mi vida. No me los puedo llevar conmigo. Ni tampoco vosotros. Así que no se trata de cuánto tienes, sino de qué haces con lo que tienes.

Y todos tenemos diferentes dones: algunos tienen dinero, otros amor, paciencia, la habilidad de tocar a la gente. Pero todos tenemos algo. Úsalo. Compártelo. Eso es lo que cuenta. No qué coche conduces... No en qué avión vuelas... No qué tipo de casa le compraste a tu madre... (¡Pero compradle una casa a vuestra madre!) [Risas.]

Comprended que todos estamos juntos en esta hermandad. Yo sólo soy uno de vosotros. Sólo soy otro actor aquí, sobre el escenario. Todos hemos empezado de la misma forma."


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