martes, 28 de julio de 2009

Conducir el Pensamiento


El pasado 8 de Agosto de 2009, se publicó el siguiente artículo de Juan Arias en El País: "¿Por qué la Iglesia teme a los diferentes?".

Receta de este artículo: se cogen unos pocos versículos de aquí y de allá interpretados de forma caprichosa. Se añaden algunas especulaciones aventuradas para dar fuerza. Se salpican dos o tres mentiras para apuntalar argumentos. Se escribe todo e un papel y tenemos un espectacular delirio febril, en el que situamos a Jesús, a la Iglesia y a la Sociedad en los lugares que nos interesa.

Este artículo es una muestra de un fenómeno que se da en todo hombre. Se trata del pensamiento al revés. Una forma sutil y poco rigurosa de conducir nuestros pensamientos: quiero llegar a esta conclusión y mi mente escogerá los elementos adecuados, deformará los necesarios y sea como sea llegaré a esa conclusión. Primero pienso cual es la conclusión a la que quiero llegar y luego ordeno todo para que confluya en ese punto.

Y lo mejor es que probablemente sea un proceso inconsciente y bienintencionado. Esta persona no tiene ánimo de hacer mal ni de engañar, sino de denunciar algo que considera injusto. Seguramente quiere el bien de la humanidad y piensa que la Iglesia es un terrible obstáculo.Se trata, en definitiva de una persona engañada... y que piensa al revés. Por eso no me genera odio ni rechazo personal, sino compasión. El resultado de su pensamiento es el fruto de un gran engaño. El mismo engaño que me lleva a alejarme de Dios cada día cuando peco. No es otra cosa.