jueves, 6 de enero de 2011

Una antigua costumbre

He descubierto una preciosa costumbre que no conocía para el día de la Epifanía, es decir, el día de Reyes. Lo cuenta Bruno Moreno a través de su magnífico blog "Espada de doble filo", en el artículo "Una antigua costumbre para la Epifanía".
Es impresionante la extraordinaria riqueza que la Iglesia ha ido atesorando a través de los siglos y las culturas, ofreciéndonos así valiosos signos para vivir más profundamente las distintas fiestas cristianas.

Como Bruno lo explica mejor que yo, os reproduzco a continuación un estracto de su genial artículo:
He descubierto una preciosa costumbre que no conocía para la fiesta de la Epifanía, es decir, para el Día de los Reyes Magos. Se trata de una costumbre antiquísima, recogida en el antiguo Ritual Romano anterior al Concilio Vaticano II. Además, como buena costumbre católica, es divertida para niños y adultos, está ligada a la liturgia de la Iglesia y tiene un cierto aspecto de evangelización. ¡Es una ocasión estupenda para hacer graffitis con la bendición de la Iglesia!
La costumbre consiste en que, el seis de enero, los niños, ayudados por sus padres, escriben con tiza en las puertas de sus casas y de las de sus familiares la siguiente inscripción: Las dos primeras cifras del año, luego “+C+M+B+” y, finalmente, las dos últimas cifras del año. Es decir, este año la inscripción sería: 20 + C + M + B + 11. Por supuesto, todo ello cantando villancicos y con buenas dosis de sano jolgorio. La inscripción se deja hasta Pentecostés o hasta que la borre la lluvia.
¿Qué significan las letras de la inscripción? Son las iniciales, en latín, de “Christus Mansionem Benedicat”. Es decir, Dios bendiga esta casa. Una oración que nos vendrá muy bien durante todo el año y proclamará que nuestra casa es un hogar cristiano. Además, como la inscripción se realiza el día de la Epifanía, las letras también recuerdan, en latín, el nombre de los Reyes Magos (algo especialmente importante para los niños): “Caspar, Melchior et Baltassar”. En español,Gaspar, Melchor y Baltasar.
Según me dice mi hermano, en Alemania y en Austria sigue siendo una costumbre muy popular entre los niños y a menudo se pueden ver las puertas con su inscripción a partir de la Epifanía. La foto al comienzo del artículo es, de hecho, de una casa de Alemania. He oído decir que, en España, es una costumbre que se ha mantenido especialmente entre las familias mozárabes(¿quizá como un resto de tradición visigoda?).
Además del hecho de realizar la inscripción, la costumbre de la Iglesia es realizar la bendición de las tizas antes de usarlas. Es algo que no suelen entender los agnósticos, pero, entre los católicos, se puede bendecir prácticamente todo. A fin de cuentas, eso fue lo que hizo Dios al crear las cosas: “Vio Dios que todo era bueno”.
A continuación, ofrezco mi traducción de la oración que se recoge para ello en el Ritual Romano antiguo. La bendición está pensada para un sacerdote, de manera que si es el padre de familia el que la hace, deberá omitirse el diálogo inicial y, en lugar de hacer la señal de la cruz, el padre puede echar agua bendita sobre las tizas:
Bendición de la tiza en la Fiesta de la Epifanía
V. Nuestro Auxilio es el Nombre del Señor.
R. Que hizo el cielo y la tierra.
V. El Señor esté con vosotros.
R. Y con tu espíritu.
Bendice †, Señor, esta criatura, la tiza, para que contribuya a la salvación del género humano, y concédenos que, por la invocación de tu santísimo nombre, todos los que la utilicen o escriban con ella en las puertas de su casa los nombres de tus santos Gaspar, Melchor y Baltasar, por su intercesión y sus méritos, reciban la salud del cuerpo y la protección del alma. Por Jesucristo nuestro Señor.
R. Amén.
Antes de la bendición, se puede cantar un villancico y leer una lectura apropiada, como por ejemplo, la siguiente:
Mt, 2, 1b-4. 7-8a. 9-11
Escuchad, ahora, hermanos, las palabras del Santo Evangelio según San Mateo.
En aquel tiempo unos Magos de Oriente se presentaron en Jerusalén preguntando:
- ¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido? Porque hemos visto su estrella y venimos a adorarlo. Al enterarse el rey Herodes, se sobresaltó y todo Jerusalén con él; convocó a los sumos sacerdotes y a los escribas del país, y les preguntó dónde tenía que nacer el Mesías.
Entonces Herodes llamó en secreto a los Magos y los mandó a Belén. Ellos, después de oír al rey, se pusieron en camino, y de pronto la estrella que habían visto salir se puso a guiarlos hasta que vino a pararse encima de donde estaba el niño. Al ver la estrella, se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa, vieron al niño con María su Madre y cayendo de rodillas lo adoraron.
Palabra del Señor.

Investigando algo más, he comprobado que en Alemania (y Austria) existe efectivamente esta costumbre, denominada "Los cantores de la estrella". Consiste en que cada 6 de Enero, los niños católicos, vestidos cual Reyes Magos y portando la estrella de Belén, se dan a la tarea de cantar de puerta en puerta y dejar escrito en ella el C+M+B más el año correspondiente (eg, 20+…+10), signo de que ahí estuvieron los Reyes Magos (ie, Caspar, Melchor y Baltazar), o bien, según otra explicación, que “Cristo bendiga la casa” (ie, Christus mansionem benedicat).

Además en el Directorio de Piedad popular del 2002 (como ves, publicado en la web oficial del Vaticano) se explica muy bien:
"la bendición de las casas, sobre cuyas puertas se traza la cruz del Señor, el número del año comenzado, las letras iniciales de los nombres tradicionales de los santos Magos (C+M+B) [en algunas lenguas], explicadas también como siglas de "Christus mansinem benedicat", escritas con una tiza bendecida; estos gestos, realizados por grupos de niños acompañados de adultos, expresan la invocación de la bendición de Cristo por intercesión de los santos Magos y a la vez son una ocasión para recoger ofrendas que se dedican a fines misioneros y de caridad;"

2 comentarios:

  1. Este año ya es tarde, pero me parece muy bonito como dice Pilar y otra costumbre más que creo que añadiremos el año que viene con los peques. Gracias pelícano por dedicar tu tiempo a descubrirnos tantas cosas interesantes.

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